lunes, 8 de septiembre de 2008

Siruela

"Nosotros matamos el tiempo, pero él nos entierra" Y es que hay ocasiones en esta vida en las que no disponemos de apenas tiempo para realizar las actividades que se nos antojan, solo realizamos aquellas que nos vienen impuestas, y otras en cambio, en las que parece que el mundo ralentiza su paso y somos nosotros los que disponemos del mando para acelerar o detener el paso de las agujas del reloj a nuestro antojo.

Las primeras de las citadas ocasiones las encontramos en la ciudad, es aquí donde el tiempo pasa inexorablemente ante nuestros ojos sin que podamos hacer nada para remediarlo, puesto que ya tenemos establecido nuestro orden del día. Nos encontramos ajetreados entre la universidad, el gimnasio, el trabajo, las practicas, salir de fiesta, quedar con los respectivos...el tiempo dispone de todo nuestro ser a su antojo, sin que nos quede un segundo si quiera para tomar un café con un viejo amigo.

Pero entonces, todo cambia, nos desplazamos al pueblo, a la meseta ibérica, a la siberia extremeña en mi caso, y allí el tiempo se ralentiza, el día se hace mas largo, la noche es eterna, y es entonces cuando somos amos y señores del contínuo espacio-tiempo. Es en el pueblo donde te da tiempo a salir de marcha, hacer botellon, a hablar con tus colegas, batir el récord del dragón, ir a la disco, irte a lo oscuro, volver a la disco, acompañarte a cambiarte de ropa, hacer la fusión, irte a por los churros, dormir, comer, tomarte un café con los amigos comentando la jugada del día anterior y planificar la estrategia de la noche que se avecina calentita.

Carezco de información suficiente para saber por qué en los pueblos el tiempo transcurre más despacio, no sé si será por el clima continental, por la baja densidad de población o simplemente porque el reloj de la plaza va atrasado. Lo que sí puedo exclamar es que en Siruela puedes perder el tiempo ya que parece que te sobre, puedes comer pipas en la plaza viendo a las nuevas generaciones y luego tener tiempo para jugar al mus, porque en el pueblo nosotros matamos el tiempo, aunque el nos acabe enterrando.

3 comentarios:

Christian R. dijo...

Sí señor. Nada que objetar. Eres un máquina, parece que mi texto te inspiró xD.

_monik_ dijo...

eh eh pero tendrás tiempo para una vieja amiga después de los examenes no? ;)

muaaaaaaaaaaaaa*

Anónimo dijo...

es el pueblo donde se crió mi padre, me a hecho mucha gracia leerlo!