viernes, 14 de marzo de 2008

Fama

"Todo el mundo quiere ser famoso hasta que lo es" Una vez oí esta frase de un escritor y me hizo reflexionar. Tiene su parte de razón, cualquier ser vivo, ya sea persona o animal, quiere que el resto de personas de su entorno, de su escalera, de su bloque, de su país, de su mundo le admiren, le veneren cual dios encarnado en persona que visita la Tierra.

El arte de ser protagonista no es fácil, nadie dijo que lo fuera, lo que pasa es que desde la barrera los toros se ven muy bonitos, porque ¿quién no a pensado viendo el fútbol que era más fácil marcar que tirar la pelota fuera?, ¿a quién no se le a escapado "Si yo estuviera ahí..."? pues bien señores, ese es el problema. Hay que poder estar ahí, todos anhelamos ser el centro de atención, pero una vez que lo somos hay que tener valor, carisma, agallas, diplomacia, arrogancia, valentía...una serie de cualidades que nos permitan permanecer en la cumbre una vez hemos conseguido llegar a ella.

Pero no todo el mundo tiene esas características, hay personalidades que han sabido adquirirlas con el paso del tiempo, ya sea a base de una gran experiencia, de una gran apariencia, de un gran bisturí, o de una gran cartera, y otras personas que sin quererlo las tienen de forma innata, son lo que yo llamo, líderes.

Líder se nace no se hace, un líder es aquella persona que aguanta la presión a la que le somete el grupo, aquella persona que lo guía, que toma decisiones en beneficio del resto, aquella persona que trasmite confianza, que te otorga tranquilidad, sensatez, calma...atributos que sobrepasan a la razón y entran en el lenguaje de la fe.

En resumen, que todo el mundo tiene derecho a sus 15 minutos de gloria, pero quien desee más cantidad de atención por parte de los medios, de la multitud, de la prole, que se prepare, que tenga madera de líder, o que lo sea, porque se le avecinan un alud de críticas, algunas positivas y la mayoría negativas, no obstante que esté contento, porque consiguió lo que quería, la fama, pero amigos la fama no es un obsequio gratuito, no es un cheque firmado al portador, la fama, al igual que todo en la vida, cuesta.