lunes, 12 de julio de 2010

Capacidad capada

¿De donde viene el lema "Que viva la pepa"? Ante esta pregunta la clase enmudeció. Ella aguardaba a que alguien respondiera, dándole tiempo al segundo para sentirse por un día primero, pero en su interior el fuego de la respuesta subía por el estómago y le quemaba la garganta hasta que no pudo contenerlo en su interior y abrió la boca, y como soplo de un malabarista de circo, las palabras salieron "Es debido a la Constitución promulgada en las Cortes de Cádiz en 1812".

El resto de la clase contemplo esa escena con la normalidad habitual de quien responde todas las preguntas que lanza la profesora, es algo rutinario que no merece la menor atención puesto que ya se está preparado para ello, esa chica alta de pelo castaño y ojos verdes, de cara redonda y con pecas en la nariz pequeña y de sonrisa prominente es la que lleva respondiendo a las preguntas toda la vida, por eso es la empollona de la clase.

Pero Anna no se siente cómoda en su papel, no le gusta que la tachen de empollona y esa etiqueta no esta dispuesta a comprarla, por eso intenta infructuosamente no responder a todo, no saber de todos los temas y hacerse la tonta, dar tiempo a que el resto conteste mientras ella ya ha buscado, repetido y deletreado la solución al enigma. Y parece que el método funciona, ha pasado de ser la empollona a ser la lista de la clase, a tener amigos que no solo se aprovechan de su sabiduría sino que la comparten e intentan extrapolar la suya propia. Y así dando ventaja al resto como si algún día se la fueran a dar a ella, va creciendo nuestra protagonista. Avanza en la vida sin ostentar, haciendo lo que quiere, que no todo lo que es capaz.

A sus dieciocho años Anna ya sabe que quiere ser profesora de Historia, para esto ha estado leyendo infinidad de libros a lo largo de su corta existencia, ha aprendido latín, además de inglés y perfeccionado su catalán sin olvidar su lengua materna, es en este punto cuando le entran las ganas de aprender Alemán, necesita saber la lengua germana para leer los textos de Kant sin necesidad de traducción, para su comprensión en mayor grado. Ahora se sigue esperando a que otros contesten por ella aunque ya no le da tiempo de repetir la respuesta, tan sólo de pensarla, de tanto relajarse ha perdido facultades, ya no es especial ni excelente ahora tan solo es normal y notable.

A medida que avanza en la universidad su nivel de alemán va creciendo, empezando por el abecedario, siguiendo por la gramática, y acabando por la fonética. Es una chica alegre, curiosa, extrovertida, muy ocupada, sin embargo no descuida su vestimenta, ese estilo alternativo y de moda que tanto le gusta. Va ataviada con sus mallas negras por debajo de un vestido corto de color gris, mallas por supuesto a juego con el bolso del mismo color, ahora en cambio su pelo ha dejado de ser castaño para pasar a tener mechas rubias con animo de algún día convertirse en moreno completamente, es lo que tiene estar a la moda, que o te renuevas o caducas.

Su facilidad de comunicación era para tener en cuenta, pero algo fallaba en su cerebro, cuando hablaba con los amigos se le olvidaban palabras en un idioma y solo sabia decirlas en otro. Lo mismo hablaba en castellano y se le olvida como se decía botiga, que hablaba en ingles y su mente era incapaz de acordarse como se decía fight, y cuando quería ser amable decía danke. Su cerebro no daba para más, no había crecido todo lo que podía, ella le había hecho ser como la media, como los demás para no destacar, era incapaz de almacenar tanta información, era mediocre, tenia una disco duro limitado y ya estaba lleno, ahora si quería introducir un dato nuevo tendría que borrar un archivo anterior. No había espacio para mas.

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